🔥 Chulengo a leña: qué es, cómo funciona y por qué es de las parrillas mas populares en Argentina.
¿Qué es un chulengo a leña?
Un chulengo a leña es una parrilla portátil que es ideal para hacer con leña para cocinar carnes, verduras y hasta panes. Pueden estar hechos desde un tambor de un viejo calefón o un barril de aceite reciclado, pero con los años se fue perfeccionado y hoy en día hay chulengos modernos con fogoneros especiales para leña.
Es robusto, resistente y tiene una gran ventaja: podés llevarlo a cualquier lado ya que generalmente son portátiles y podes cocinar en cualquier lado como si estuvieras en una parrilla convencional.
¿Por qué elegir un chulengo a leña?
Los chulengos en general tienen la ventaja de que podes cocinar con la tapa cerrada y esto le da un sabor ahumado que con leña es todavia mucho mas intenso. Si alguna vez hiciste un asado en una parrilla a gas o eléctrica, habrás notado que le faltaba “ese sabor ahumado” que se lo da el humo de la leña. La leña, con su fuego lento y aroma único, transforma cualquier carne en un plato con identidad y al poder cerrar la tapa del chulengo lo intensifica como las barbacoas tradicionales.
- 🔥 Le da sabor auténtico al asado (ese gustito ahumado que no se puede imitar).
- 💨 Te permite controlar mejor el calor, especialmente si usás maderas duras como quebracho o algarrobo.
- 🛠️ Es duradero y fácil de mantener.
- 🚙 Ideal para llevar al campo, a la playa, la quinta o incluso al patio o el balcón de un amigo.
¿Qué es lo mejor para cocinar en un chulengo a leña?
La pregunta correcta sería: ¿Qué no se puede cocinar en un chulengo a leña?
- Comidas típicas y rápidas como hamburguesas (Patys), chorizos y costillitas de cerdo con barbacoa.
- Costillas, vacío, matambre y achuras (por supuesto).
- Verduras al rescoldo o sobre la parrilla: morrones, papas, cebollas, zapallos.
- Pizzas a la leña (con una plancha de hierro).
- Hasta panes caseros o empanadas si lo usás con fuego indirecto.
- Pescados enteros. Ideal para hacerlos envueltos en papel aluminio.
Con un poco de práctica, podés convertirlo en tu horno y parrilla portátil preferido.
¿Qué tener en cuenta al elegir uno?
Cuando busques un chulengo a leña, te conviene mirar estas cosas:
- Espesor de la chapa: cuanto más gruesa, mejor conserva el calor y mas duradero. Pero tambien mas pesado para trasladarlo.
- Pirómetro/Termómetro: te permite controlar la temperatura sin abrir la tapa.
- Ruedas y manijas: si pensás moverlo seguido, son clave.
- Sistema de aire: si tiene regulador de ingreso de aire, podés manejar mejor el fuego y la temperatura.
Y si estás armando uno casero, hay muchos tutoriales, pero lo más importante es usar buenos materiales reciclados (nada oxidado ni con pintura tóxica).
Consejos de uso

- Si vas a usarlo por primera vez, probarlo vacío con fuego durante una hora para curarlo.
- No pongas la carne muy cerca de la leña recién encendida. Esperá a tener brasas firmes. Nunca pongas la carne con llama viva, hay que esperar que la brasas estén bien rojas y sin llama fuerte.
- Elegí buena leña. Si usás madera verde, puede largar mucho humo. Lo mejor es usar leña bien seca especialmente si es de quebracho, algarrobo o espinillo.
- Para hacer el fuego primero podes arrancar con papel y ramas chicas. O siempre podes pedir en la verduleria un cajón de verduras. Recordar hacer el fuego con tiempo, aproximadamente 40 a 60 minutos para tener una buena base de brasas.
- Cerrá parcialmente la tapa del chulengo para que el calor se mantenga parejo, pero dejá alguna abertura para que circule el aire y no se apague o ahogue. Mientras mas abierto significa que va a entrar mas oxigeno y eso significa mas fuego.
- Ubicación de la comida. La altura de la parrilla tambien es muy importante. Recuerda ajustar la altura de la parrilla para logar una temperatura justa y no des vuelta la carne todo el tiempo: una vez por lado es lo ideal, salvo que veas que se quema o necesita ajuste.
¿Vale la pena un chulengo a leña?
Si te gusta cocinar al aire libre y no querés depender de una parrilla fija, sí, vale totalmente la pena. Tiene el equilibrio justo entre portabilidad, sabor y potencia. Y si te gusta experimentar, vas a descubrir nuevas formas de cocinar cada vez.
Preguntas frecuentes
¿Se puede usar carbón en vez de leña?
Sí, pero le perdés parte de la gracia del sabor ahumado de la leña. La idea es que la leña te dé sabor y estilo. Igual, si tenés solo carbón, va perfecto.
¿Cómo sé cuándo están listas las brasas?
Cuando están rojas, sin llama, y cubiertas de una capa de ceniza grisácea. Ahí están en su punto ideal.
📹 Video: “Asado a la Leña en un Chulengo”
Cómo cocinar en un chulengo a leña paso a paso (video)
En este excelente video, Mariano explica de forma clara cómo encender y usar un chulengo a leña, con consejos prácticos para lograr un asado perfecto. Si es la primera vez que usás uno, vale la pena mirarlo completo.
Algunos consejos que comparte Mariano en el video:
- Usá maderas duras como quebracho para brasas duraderas y estables.
- La carne se pone cuando ya tenés buena brasa, no con la llama.
- Conviene cerrar la tapa del chulengo para mantener una cocción pareja y conservar la temperatura.
- No es necesario estar moviendo todo el tiempo la carne; dejá que el calor haga su trabajo.
💡 Tip: Observar cómo distribuye las brasas a los costados, dejando el centro con menos fuego para que no se queme la carne.
¿Cómo hacer un asado ahumado en un chulengo?
Si alguna vez probaste un costillar bien ahumado, sabés de qué estamos hablando: ese gustito que deja la leña cuando cocina lento, mientras el humo se mete en cada fibra de la carne. La buena noticia es que no hace falta tener un ahumador profesional. Con una parrilla o un chulengo, un par de troncos bien elegidos y un poco de maña, podés hacer un asado ahumado de lujo en tu casa.
¿Qué necesito para ahumar?
Lo más importante es el humo. Parece obvio, pero es clave entender que el humo tiene que estar ahí desde el principio, cuando la carne todavía está cruda y fría, porque es cuando más sabor puede absorber. Si usás tapa (ideal), el humo queda encerrado y penetra mejor. Si tenés un chulengo, mejor todavía, porque el diseño ayuda a que circule bien el calor y el humo.
¿Qué madera usar?
No cualquier tronco sirve. Las maderas duras son las más recomendadas porque tienen menos resina y generan un humo más limpio y aromático. Acá van algunas opciones según el tipo de carne:
- Espinillo: ideal para carne vacuna. Aporta un ahumado fuerte y parejo.
- Nogal: un toque más suave, va bien con vaca, cerdo o pollo.
- Olivo: da un sabor intermedio, con notas de tierra y miel. Sirve para carnes rojas, pollo y pescado.
- Manzano: más suave y dulce. Perfecto para cerdo o aves.
Si no tenés leña, podés usar chips o astillas. Vienen a granel o en bandejitas de aluminio descartables. Estas últimas se ponen sobre las brasas y largan humo sin riesgo de que se prenda fuego. Las astillas sueltas también sirven, pero duran menos.
¿Cómo se hace?
- Encendé las brasas como siempre, pero dejá un espacio para colocar la leña o las astillas.
- Si usás chips, agregalos apenas ponés la carne en la parrilla. Así, cuando está cruda, absorbe bien el sabor del humo.
- Usá tapa (o una fuente dada vuelta) para cubrir y mantener el humo adentro.
- No dejés que la leña o chips se prendan fuego directamente. Lo que querés es humo, no llamas.
- Regulá la temperatura según el corte. Los grandes (costillares, vacío) van con fuego bajo y humo suave por largo tiempo. Los más chicos (entraña, mollejas) van más rápido y necesitan un humo más intenso.
¿Y si no tengo nada de eso?
Hay un truco de último momento: el humo líquido. Se compra en algunos almacenes o supermercados y con unas gotitas ya le das un toque ahumado a la carne. No es lo mismo que el humo de verdad, pero zafa bastante bien.
Este método no necesita grandes inversiones ni aparatos sofisticados. Solo un poco de paciencia y ganas de experimentar. Y cuando saques esa costilla jugosa con aroma a leña y los vecinos empiecen a asomarse por el olor… vas a saber que lo hiciste bien.